Conoce el Movimiento Slow Food
“Vivir deprisa no es vivir, es sobrevivir”. Esta es una de las frases más icónicas de Carl Honoré, el escritor escocés autor del Best Seller “Elogio de la lentitud”, uno de los libros cabecera del llamado Movimiento Slow.
El trabajo, los compromisos sociales, las innumerables actividades en las que participamos o la familia, nos hacen vivir a un ritmo que no es natural para nuestro cuerpo. Pero hay ciertas acciones que nos pueden ayudar a poner el freno en nuestro día a día.
Una de ellas es cocinar, un hábito que está demostrado que consigue que templemos los nervios y que podamos disfrutar de una alimentación más sana. Bajo esa teoría nació la Slow Food, una tendencia de la que hoy te vamos a hablar.
¿Qué es el movimiento Slow?
Desde hace unos años, comunidades de distintos puntos del planeta han apostado por recuperar ritmos de vida más adecuados.
Lo hacemos todo tan deprisa que nos despertamos y desayunamos a gran velocidad, atendemos corriendo a los hijos para llevarlos aún más deprisa al colegio, aguantamos grandes cargas de estrés a la oficina, comemos cualquier cosa, vamos al gimnasio y caemos rendidos en la cama para volver a empezar al día siguiente con el mismo ritmo.
En resumidas cuentas, no disfrutamos ninguna de esas actividades y vivimos en una vorágine de estrés que si no se controla acaba desencadenando en problemas de salud.
El Movimiento Slow apuesta por dedicar el tiempo necesario a cada una de estas actividades y nos demuestra que se obtiene grandes satisfacciones. Sus áreas van desde el deporte hasta el trabajo y por supuesto también la cocina.
Regreso a las casas del pueblo de nuestros abuelos
La Slow Food nos dice tenemos multitud de opciones para disfrutar de una mejor alimentación y, como casi siempre, la tradición nos marca el camino a seguir.
Es precisamente en nuestros pueblos donde esto todavía se mantiene. El uso de ingredientes naturales y un cocinado paciente marcan la diferencia. Y esa es la base de las recetas Santa Teresa, cocinadas como lo hacían nuestras abuelas. Nuestros procesos, incluida la selección de materias primas y su preparación, se realizan paso a paso y respetando a conciencia sus tiempos para obtener los mejores resultados.
Consejos para disfrutar de la cocina lenta
Dentro de las posibilidades diarias, lo ideal es cocinar nuestros propios platos y por supuesto podemos emplear “ayudas culinarias”, siempre con los productos adecuados.
Postres con Membrillo Santa Teresa, pescados con huevo hilado, carnes con hummus, tostas con salmorejo…Son muchas las posibilidades que te ofrecemos, 100% naturales, para que lo puedas lograr con poco esfuerzo.
Beneficios de una alimentación con ingredientes naturales
Una alimentación con ingredientes naturales es la base de la dieta mediterránea. Sus aportes vitamínicos son tan amplios como beneficiosos para nuestro organismo y facilitan una correcta digestión.
Utilizar ingredientes naturales nos garantiza un mayor bienestar y la combinación con la Slow Food nos ayudará a reducir nuestros niveles de ansiedad, tan comunes en estos tiempos.