Especial Jornadas Medievales: ¿Cómo era la alimentación en la Edad Media?
Este fin de semana la ciudad de Ávila, casa de la familia Santa Teresa, se viste de gala para la celebración de sus Jornadas Medievales. Se trata sin duda de una de las fechas señaladas en rojo en el calendario de los abulenses y no es para menos. Cada año miles de personas llenan las calles de la ciudad amurallada ataviados con disfraces medievales y recorren los puestos, representaciones y exposiciones que nos trasladan directamente al siglo XII.
Durante estos días la gastronomía ocupa un papel relevante ya que son muchos los lugares donde podemos hacer un alto en el camino para tomar un aperitivo o comer. Todos ellos tratando de representar esa aura tan característica del medievo.
Por supuesto se trata de una adaptación, pues la alimentación ha evolucionado de manera drástica hasta llegar a nuestros días. Por eso, y aprovechando estas fechas tan especiales para los abulenses, vamos a contarte cómo se comía en la Edad Media y las principales diferencias con la actualidad.
¿Qué se comían en la Edad Media?
Todos los años, son muchos los comerciantes y artesanos los que ofrecen distintas recetas a las personas que visitan las jornadas medievales. Pizzas, asados, bocadillos, kebabs e incluso pulpo a la gallega son algunos de los habituales, pero poco tienen que ver con la realidad.
Hay que entender que en aquellos siglos las diferencias sociales estaban muy marcadas y no se puede entender del mismo modo la alimentación de las clases más humildes que la de los grandes nobles.
En los menos acomodados, parece que el pan suponía un porcentaje muy alto de su alimentación, casi tres cuartas partes del total, siendo el blanco un manjar guardado para la clase alta.
A este se le acompañaba con diferentes tipos de aderezos generando algo parecido a potajes que han derivado en nuestros días en platos como la sopa castellana o el cocido madrileño.
Las frutas y verduras compartían un lugar privilegiado junto al pan, tanto fresca, como seca o como acompañamiento. Pero hay que entender que hasta el descubrimiento de América no existían algunas que hoy son la base de nuestra alimentación como el tomate, las patatas o el maíz. También hemos de quitarnos de la imaginación el consumo masivo de carne, ya que también estaba destinado a los castillos y palacios, pero no tanto al pueblo llano al tener un precio muy elevado. El cerdo era la carne más común.
Los grandes banquetes en la Edad Media
Como venimos contando, la alimentación para reyes y nobles era bien distinta a la del resto de clases. Pero ¿realmente existían esos grandes banquetes que hemos visto tantas veces en las películas?
Si bien es cierto que no tenían buena consideración desde el punto de vista moral al celebrarse hasta altas horas y consumir grandes cantidades de alcohol y alimentos, lo cierto es que se realizaban. Cada celebración podía contar con hasta cuatro servicios, en cada uno de los cuales se presentaba una serie de platos que se compartían.
Entre medias de un servicio y otro, se llevaban a cabo diferentes actuaciones y juegos. Por supuesto, los modales estaban lejos de mantener una rectitud e incluso los alimentos se cortaban con las propias dagas de los invitados según algunas fuentes.
La bebida en la Edad Media
Aunque a priori pueda parecer extraño, el agua no era la bebida principal, ni si quiera en las clases más bajas. Se evitaba si se tenía disponibilidad de otra cosa. El motivo no es otro que la salud, ya que en esa época el agua, al no estar tratada, suponía un importante foco transmisor de enfermedades.
Por ello el vino y la cerveza jugaban un papel muy importante en la alimentación. De hecho, de esta última se dice que los pueblos vikingos llegaban a consumir casi seis litros diarios por persona.
Respecto al vino, en muchas zonas se aderezaba con distintas especias como el jengibre, pimienta, clavos o nuez moscada. Además, en ocasiones se rebajaba con agua para tener una mayor disponibilidad.
Otro de los aspectos que destacan es que la leche no formaba parte de la dieta habitual, así como otros derivados, principalmente por su dificultad en cuanto a la conservación. Esta se destinaba a los bebés o personas mayores o bien para los pobres. El queso y la mantequilla eran, dentro de los lácteos, lo más consumidos.
La importancia de la alimentación en la actualidad
Hoy en día sabemos a ciencia cierta que una buena alimentación marca nuestra calidad de vida. Ya sabes, nada mejor para tu bienestar que llevar una alimentación sana y equilibrada.
No hablamos solo de las propias recetas, sino de las costumbres y modales que hemos ido alcanzando con el paso de los años. Rutinas tan normalizadas en la actualidad como realizar cinco comidas, mantener la higiene o ser prudentes con las bebidas alcohólicas, son fundamentales para sentirnos bien, mantenernos en forma y evitar enfermedades.
Sin más, solo nos queda desearte que disfrutes de las Jornadas Medievales y te invitamos a que pases a visitar alguna de nuestras tiendas de la ciudad. ¡Te estaremos esperando!